jueves, 19 de marzo de 2009

TIEMPO DE BUSCAR SOLUCIONES

Hace tiempo que una ágria polémica rodea el uso compartido de nuestros montes por cazadores y otros aficionados de distinta índole. Que si balas perdidas, que si estamos cazando y no puedes pasar, que si te vamos a confundir con un jabalí son excusas frecuentes que se escuchan cuando cualquier otra actividad interfiere con la caza. Estas excusas no dejan de ser un engaño que intenta encubrir el verdadero problema para el cazador, que son los ruidos que originamos el creciente número de otros "usuarios" de la naturaleza y que pueden hacer que las piezas cinegéticas se trasladen saliéndose de los límites del monte donde se va a realizar la cacería.

Bien. Hay un problema claro originado en un vacío legal. Un vacio legal conocido hace tiempo pero que nadie quiere arreglar. Un vacio legal que como muchos otros se arreglará cuando una tragedia tenga lugar y para los afectados ya no haya remedio. Como generalmente ocurre, y este caso no es distinto, son las tragedias las que determinan el comienzo del tiempo para buscar soluciones. Pues bien, ese tiempo ya ha comenzado: Fabio Butali, de 24 años, falleció mientras montaba en bici de montaña el pasado 26 de octubre en la "Reserva Natural Gorges de l'Ardèche", en el sur de Francia, a consecuencia de un disparo efectuado por un cazador.
Link de la noticia en el diario francés "Le Dauphine".
Link a un artículo de opinión en castellano sobre la noticia. (En este artículo en castellano se dice que el cazador confundió al ciclista con un jabalí. Esto es falso. Después de traducir el articulo periodístico francés llego a la conclusión de que la declaración del cazador es que FALLÓ un jabalí).

Mi intención con este escrito no es polemizar. Mi intención, dentro de mis posibilidades, es hacer un análisis un poco más en profundidad de las causas de este problema en el uso de los montes aportando posibles soluciones, que aunque humildes, pueden ser un primer paso. Ya he mencionado que el origen es un vacio legal. Un vacio legal porque, primero, que yo sepa no hay ninguna norma, ley o decreto que determine las preferencias de uso de los montes en este aspecto (ver anotación "post data"). Es decir, ¿la preferencia que suponemos tienen los cazadores es real?. Parece ser que no. Esto se debería de solucionar determinando cláramente quién tiene dicha preferencia. Está claro que el aficionado cinegético tiene las de ganar debido al gran volumen del negocio en que se ha transformado su afición, pero se debe clarificar este punto, para bien o para mal, con objeto de evitar sucesos como el ocurrido en Francia.

Por otro lado, una vez solucionado el tema de las preferencias de uso, que como digo posiblemente recaiga en los cazadores, a mi modo de ver se deberían establecer unas distancias mayores de separación de puestos de cacería respecto a pistas, caminos, carreteras y edificaciones, pues, aunque la excusa frecuentemente oida de boca de cazadores sobre la bala perdida es poco creible, si que existe la posiblidad de que se dé el caso, como ha pasado en Francia, y hay que tener en cuenta que las armas de caza mayor de hoy en día son capaces de hacer disparos efectivos, aunque dificilmente intencionados, a distancias próximas a los 1.000 metros. Por lo tanto, a mi juicio es necesario un cambio en la legislación encaminado a establecer una mayor zona de seguridad alrededor de las cacerías.

Otro punto que se debiera tratar es la obligatoriedad en toda cacería de la presencia en el lugar de algún servicio sanitario tipo ambulancia. Digo esto porque de la misma manera que en las pruebas de tiro en galería de los cuerpos de seguridad del estado y de los trabajadores de la seguridad privada tiene que existir en el lugar una ambulancia por cuerpo o empresa asistente a dichas pruebas, debido al riesgo que suponen el alto número de armas cargadas presentes, también deberían permanecer esas ambulancias en los lugares donde se realicen cacerías, pues el riesgo es el mismo o más alto. La necesidad la encontramos en que cuando ocurre un accidente de caza, frecuentemente ocurre, no ya con personas externas a la cacería, sino entre cazadores al moverse alguno de ellos de su puesto asignado.

Además, se debería garantizar, si realmente los cazadores acabasen siendo los poseedores de la preferencia mencionada, la absoluta imposibilidad de acceso a la zona de la batida por parte de cualquier persona ajena a ella con los medios que se estimen oportunos. No es mi intención determinar esos medios, pero un simple cartel me parece completamente insuficiente, en especial si la persona es extranjera. Ya sé que garantizar la absoluta imposibilidad de acceso a la zona de cacería es una utopía imposible de realizar. Pero si lo que propongo es una utopía, lo que realmente se hace, disparar decenas de armas al aire libre, sin barreras arquitectónicas que limiten las "carreras" de los proyectiles y sin garantizar la imposibilidad de acceso, es a todas luces una verdadera locura.

Y por último, es imperativo que se realicen controles de alcoholemia rutinarios ántes y después de las cacerías, pues para soportar tantas horas sentados en los puestos de cacería no es poco frecuente que algunos cazadores lleven en sus morrales alguna cantidad de bebida alcohólica. Y espero que esto no ofenda a nadie pues no es mi intención, pero es un hecho la presencia del alcohol ántes, durante y después de las cacerías, y si es peligroso el alcohol en el coche, porque transforma el automovil en un arma, más peligroso será cuando lo que se combina con el alcohol es un arma verdadera.

Acabo este escrito reiterando que mi única intención es buscar soluciones para evitar en España un episodio como el sucedido en el país galo. Mi intención en ningún momento es atacar a ningún sector concreto.

Juan Antonio Martínez Anievas

PD: Al revisar la ley que regula las cacerías, esta dice que si se produce acceso de personas ajenas a la batida en el monte en el que se está realizando la cacería esta se tiene que detener.

Domingo 8 de enero de 2.012. Accidente mortal en Cataluña. Pincha en el siguiente link:
OCURRIÓ LA TRAGEDIA: EL TIEMPO DE BUSCAR SOLUCIONES HA PASADO Y ES TIEMPO DE LAS LAMENTACIONES.

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