La atracción por la alta velocidad es similar a la atracción por las altas cumbres o por los vacíos bajo nuestros pies. Al igual que los montañeros se sienten atraídos por las cimas nevadas que son azotadas por gélidos vientos, o al igual que los intrépidos saltadores de puentes se sienten impulsados a dejarse caer libremente centenares de metros solamente atados a la vida por una cuerda, todos los que montamos en bici nos hemos visto animados alguna vez a ir más rápido, a pedalear más fuerte, con más ahínco, simplemente por comprobar cuan rápido podemos llegar a ir, intentando volar bajo.
Por supuesto no hemos sido los únicos en sentir este impulso. Ni tampoco los primeros. Motivado por un mensaje en el foro (www.forocantabriamtb.com), he consultado información al respecto. El resultado es lo que a continuación se expone.
Uno de los primeros intentos por comprobar cual podía ser la velocidad máxima desarrollada por una persona sobre una bicicleta fue el del norteamericano Charles Murphy, que allá por 1.899 se le ocurrió construir una pista de maderas entre los raíles de una vía de tren con el fin de poder seguir al ferrocarril y aprovechar el rebufo de este hasta donde le fuese posible. Consiguió los 101,7 Km/h. y dio pistoletazo de salida a la carrera por alcanzar la máxima velocidad sobre una bici.
Este vídeo salió en la mayoría de los telediarios. Por cierto, al chaval le han pillado,
porque, si no lo sabeis, seguir tan de cerca a un vehículo por la vía pública está prohibido.
porque, si no lo sabeis, seguir tan de cerca a un vehículo por la vía pública está prohibido.
Por supuesto no hemos sido los únicos en sentir este impulso. Ni tampoco los primeros. Motivado por un mensaje en el foro (www.forocantabriamtb.com), he consultado información al respecto. El resultado es lo que a continuación se expone.
Uno de los primeros intentos por comprobar cual podía ser la velocidad máxima desarrollada por una persona sobre una bicicleta fue el del norteamericano Charles Murphy, que allá por 1.899 se le ocurrió construir una pista de maderas entre los raíles de una vía de tren con el fin de poder seguir al ferrocarril y aprovechar el rebufo de este hasta donde le fuese posible. Consiguió los 101,7 Km/h. y dio pistoletazo de salida a la carrera por alcanzar la máxima velocidad sobre una bici.
En el año 1.928, el belga Leon Vanderstuyft alcanzó la ya asombrosa marca de 122,771 km/h. rodando en velódromo detrás de una moto.
Posteriormente, en 1.941, Alfred Letourneur consigue la cifra de 173,864 km/h siguiendo en esta ocasión a un automóvil y usando un plato de 115 dientes y un piñón de 12 dientes.
Pocos años después aparece en escena un corredor “atípico”: José Meiffret, un corredor de cuerpo pequeño, más propio de un escalador, que fracasó como ciclista profesional. Vistos los resultados, y siguiendo un consejo de Henry Desgrandes, uno de los que hicieron posible el Tour de Francia, se había dedicado al ciclismo “trasmoto”, y después de varios intentos de conseguir el record de velocidad logra en 1.950 batir a Letourneur por una exigua pero apreciable diferencia. Consigue 175,609 Km/h tras un coche.
Después de esto siguió con sus pretensiones deportivas, cayéndose a más de 130 Km/h, lo que casi le provoca la muerte, y viéndose obligado a retirarse a un Monasterio. Allí consiguió recuperarse en cuerpo y mente, y en 1.955 logra pedalear a 186,660 Km/h.
Las autoridades francesas vetan nuevos intentos al considerar el peligro como excesivo, pero Meiffret consigue un nuevo intento. En 1.961, con 48 años, no consigue batir su anterior record quedándose en 186,538 Km/h.
Al año siguiente, el 19 de junio de 1.962, en una carretera alemana cerca de Friburgo, y ya con 49 años, hace otro intento. Rueda detrás de un coche a más de 200 km/h dejando la marca en 204,778 Km/h.
Después de esto siguió con sus pretensiones deportivas, cayéndose a más de 130 Km/h, lo que casi le provoca la muerte, y viéndose obligado a retirarse a un Monasterio. Allí consiguió recuperarse en cuerpo y mente, y en 1.955 logra pedalear a 186,660 Km/h.
Las autoridades francesas vetan nuevos intentos al considerar el peligro como excesivo, pero Meiffret consigue un nuevo intento. En 1.961, con 48 años, no consigue batir su anterior record quedándose en 186,538 Km/h.
Al año siguiente, el 19 de junio de 1.962, en una carretera alemana cerca de Friburgo, y ya con 49 años, hace otro intento. Rueda detrás de un coche a más de 200 km/h dejando la marca en 204,778 Km/h.
Tiempo después, en 1.985, John Kennedy Howard, olímpico por Estados Unidos en 1.968, 1.972 y 1.976, medalla de oro en los juegos Panamericanos de 1.971 en Colombia, y ganador del Iron Man de Hawai en 1.981, estableció otra marca histórica. Montado sobre una bici de poca altura con menor resistencia al aire, lo que obligó a poner dos platos para evitar que uno grande tocase el suelo, alcanzó los 244,942 km/h.
Después de esto, en la década de los 90, concretamente en 1.995, el holandés Fred Rompelberg vuelve a batir el record siguiendo el mismo sistema que John Howard, es decir, siendo remolcado hasta una velocidad determinada por un coche altamente aerodinámico, con una pantalla deflectora por delante para evitar el viento, y con una bicicleta de baja altura para evitar en la medida de lo posible la resistencia al aire que aún pudiera darse. Su marca: 268,8 Km/h. Es la actual plusmarca. Nadie ha superado esa velocidad sobre una bici pedaleando en llano.
UN CASO ESPECIAL - Record de velocidad en rodillo:
Hay quien ha querido evitar la resistencia al aire en mayor medida de tal forma que Bruce Bursford, en su preparación para batir el record al aire libre, llegó a alcanzar pedaleando de forma estática en un rodillo la increíble cifra de 334,583 Km/h, y desarrollando una potencia de aproximadamente 5.000 watios. Desgraciadamente, este hombre que llevaba años realizando un severo entrenamiento con pesas, no llegó a realizar el intento "en movimiento real", pues falleció atropellado por una furgoneta mientras entrenaba en carretera para batir el record de velocidad "en movimiento".
Hay quien ha querido evitar la resistencia al aire en mayor medida de tal forma que Bruce Bursford, en su preparación para batir el record al aire libre, llegó a alcanzar pedaleando de forma estática en un rodillo la increíble cifra de 334,583 Km/h, y desarrollando una potencia de aproximadamente 5.000 watios. Desgraciadamente, este hombre que llevaba años realizando un severo entrenamiento con pesas, no llegó a realizar el intento "en movimiento real", pues falleció atropellado por una furgoneta mientras entrenaba en carretera para batir el record de velocidad "en movimiento".
¿Llegaremos a rodar a más de 300 Km/h en bicicleta? Y si esto es así, ¿álguien me puede explicar qué coche ponemos delante de la bicicleta?.
VOLANDO BAJO SEGUNDA PARTE (DESCENSO A FAVOR DE LA GRAVEDAD)
VOLANDO BAJO TERCERA PARTE (BICICLETAS RECLINADAS O "RECUMBENT")
¡¡¡HAPPY TRAILS!!!
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